Hace diez años, a comienzos del 2000, incorporamos a Cuadernos del Salegar una nueva sección que dimos en llamar Castellanoandantes. El término fue creado por Arsenio Escolar que abrió esta nueva sección de Cuadernos del Salegar. Quiero publicar esta entrada cuando este blog inicia su singladura por varios motivos. Uno, para recuperar la idea primera de Castellanoandantes y continuar el camino y sendero abandonado. Dos, porque la primera publicación de Castellanoandantes versaba sobre un río: el Esgueva, vecino y hermano del Gromejón que da nombre a este blog. Por el año dos mil decíamos:
“En esta sección que se incorpora a Cuadernos del Salegar se irán publicando diversos textos literarios de variados autores que describen, desde ángulos múltiples, la realidad castellana.
Andariegos incansables que a través de sus evocaciones nos permitan disfrutar por medio de sus plumas de unos sentimientos, ideas y conocimientos en torno a esta tierra y a este pueblo castellano.”
«El Esgueva es un río humilde en el que los modernos autores de libros de viajes apenas han reparado. Sí lo hizo Góngora, que le dedicó dos sonetos bien rimados y poco conocidos. No los reproduzco aquí porque, lo confieso, el Esgueva es el primer río de mi pueblo (el otro es el Henar) y el segundo de Valladolid (tras el Pisuerga), y don Luis tomó su nombre como pretexto para criticar a la Corte, que en aquel tiempo de conceptistas y culteranos estaba en Pucela. «¡Oh, qué malquisto con Esgueva quedo!», dice el primer endecasílabo de uno de los dos sonetos. No sigo, por amor a la patria chica.
Yo he recorrido mucho algunas orillas del río. Sobre todo cuando era chico, y en el cuaderno escolar comenzábamos la jornada anotando la fecha y el lugar donde vivíamos con su apellido fluvial, Torresandino de Esgueva. En aquellos tiempos remotos, las arboledas de la ribera eran espesas; y las pozas, hondas y claras; y los puentes, aún romanos; y los cangrejos, muchísimos. Tanta agua bajaba el cauce y tan cerrados de vegetación estaban sus bordes que algunos chicos nos inventamos una leyenda ante el resto de la escuela: habíamos construido una almadía, que teníamos escondida en un paraje inaccesible por tierra, y en los ratos libres del catón y la enciclopedia navegábamos hasta Valladolid a dar una vuelta. Algunos compañeros de colegio se creyeron la especie hasta bien talludos.
Ahora también recorro a veces las orillas del río, pero con más tristeza y menos ímpetu. Las arboledas casi han desaparecido. Las pozas son sólo pecina. Los puentes son anodinamente modernos, y ni los sillares quedan de aquellos sólidos puentes romanos de mi infancia. Y de los cangrejos, ¡ay!, no hay rastro. ¡Hasta el apellido fluvial ha perdido el pueblo! ¡Oh, que malquista por Esgueva debe de haber quedado mi generación, que ha perdido tantas cosas de sus orillas!» (Arsenio Escolar)
Poemas de Luis de Góngora al río Esgueva:
¡Oh qué malquisto con Esgueva quedo,
¿Qué lleva el señor Esgueva?
El otro soneto de Góngora con el Esgueva de protagonista:
Jura Pisuerga a fe de caballero
Que de vergüenza corre colorado
Sólo en ver que de Esgueva acompañado
Ha de entrar a besar la mano a Duero.
Es sucio Esgueva para compañero
(Culpa de la mujer de algún privado),
Y perezoso para dalle el lado,
Y así ha corrido siempre muy trasero.
Llegados a la puente de Simancas,
Teme Pisuerga, que una estrecha puente
Temella puede el mar sin cobardía.
No se le da a Esguevilla cuatro blancas;
Mas ¿qué mucho, si pasa su corriente
Por más estrechos ojos cada día?
No existe la página del enlace a la famosa letrilla de Góngora: «¿Qué lleva el Señor Esgueva?». Pongo aquí el poema y, tras él, dos enlaces al mismo:
¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.
Lleva este río crecido,
Y llevará cada día
Las cosas que por la vía
De la cámara han salido,
Y cuanto se ha proveído
Según leyes de Digesto,
Por jüeces que, antes desto,
Lo recibieron a prueba.
¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.
Lleva el cristal que le envía
Una dama y otra dama,
Digo el cristal que derrama
La fuente de mediodía,
Y lo que da la otra vía,
Sea pebete o sea topacio;
Que al fin damas de Palacio
Son ángeles hijos de Eva.
¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.
Lleva lágrimas cansadas
De cansados amadores,
Que, de puro servidores,
Son de tres ojos lloradas;
De aquél, digo, acrecentadas
Que una nube le da enojo,
Porque no hay nube deste ojo
Que no truene y que no llueva.
¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.
Lleva pescado de mar,
Aunque no muy de provecho,
Que, salido del estrecho,
Va a Pisuerga a desovar;
Si antes era calamar
O si antes era salmón,
Se convierte en camarón
Luego que en el río se ceba.
¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.
Lleva, no patos reales
Ni otro pájaro marino,
Sino el noble palomino
Nacido en nobles pañales;
Colmenas lleva y panales,
Que el río les da posada;
La colmena es vidriada
Y el panal es cera nueva.
¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.
Lleva, sin tener su orilla
Árbol ni verde ni fresco,
Fruta que es toda de cuesco,
Y, de madura, amarilla;
Hácese de ella en Castilla
Conserva en cualquiera casa,
Y tanta ciruela pasa,
Que no hay quien sin ella beba.
¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.
Los enlaces:
http://www.poemasde.net/que-lleva-el-senor-esgueva-luis-de-gongora/
http://es.wikisource.org/wiki/%C2%BFQu%C3%A9_lleva_el_se%C3%B1or_Esgueva%3F
La verdad es que urge hacer dos sonetos, en desgravio, y otra letrilla, para darle en el cogote, aunque tarde, a Don Luis de Góngora y Argote. ¿Acaso tuviste tú, humilde La Esgueva -digamos tu nombre entero y en femenino, que en esto eres, río nuestro, único en tu género- del traslado de la corte a Valladolid?
Y hay otra mención más al Esgueva, del mismo jaez, en un Romance de Góngora, del que sólo reproduzco aquí la parte que interesa:
Al pie de un álamo negro,
y más que negro bozal,
pues ha tanto que no sabe
sino gemir o callar,
algo apartado de Esgueva,
porque el sucio Esgueva es tal
que ni aun los álamos quieren
dalle sus pies a besar,
estaba en lo más ardiente
de un día canicular,
entre dos cigarras, que
le cantan el sol que fa,
un Miércoles de Ceniza,
vestido de humanidad,
a cuya mesa ayunaran
los Martes de Carnaval,
un hidalgo introduciendo
en las cuchilladas paz
de un follado incorregible,
puesto que mayor de edad;
que la vejez de unas calzas
desgarros contiene más
que la juventud traviesa
del cantado Escarramán.
[…]
Quien quiera el romance entero, visite está página web:
http://www.chvalcarcel.es/02%20Gongora/Pagina%2031%20Alamo%20negro.htm
Un saludo y malquisto con Don Luis quedo.
Metodio.
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