Aunque un poco tardío, quiero dejar constancia del florecimiento de los cerezos. Las abundantes lluvias invernales y un inicio primaveral también lluvioso, han propiciado, desde mediados de abril, un florecimiento espectacular y exuberante de cerezos y guindales. Nadia, una de las tres hermanas de la obra de Chejov, El jardín de los cerezos, simboliza el florecer de la vida primaveral y su melancolía es la imagen del florecimiento fugaz de los cerezos y de esas flores que, aunque caen cada año, brotarán de nuevo al ritmo de la próxima primavera. También Neruda reflejó en un verso precioso el milagro primaveral de los cerezos:
Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.
(Pablo Neruda: 20 poemas de amor y una canción desesperada, Poema XIV, Juegas todos los días con la luz del universo)