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Posts Tagged ‘discípulos’

Hora cercana de fiesta. Atrás quedó la ascética cuaresmal. Ha llegado, entre pasión y gloria, la Semana Santa. Un silencio quedo, arreciado por los últimos cierzos invernizos, recorre lastimeramente las calles de Quintana del Pidio. Todo invita al recogimiento: los altares de la iglesia, tapados; las campanas, ausentes hasta la mañana florida de Pascua; las mujeres, preparando las pajarillas en los hogares; los hombres, probando la limonada por las bodegas.

Elaboración de las pajarillas en la panedería de Quintana del Pidio

Pajarilla de Semana Santa

Pero, a pesar de la austeridad castellana, el pueblo adquiere colorido, y hasta un cierto jolgorio. De casa en casa se van aproximando los Discípulos. Entonan, a media voz, pues estamos en Semana Santa, aquello de “a pedir venimos, tengan buenos días, que a Jesús traemos…”. Una vez más admiramos la mezcolanza entre tradición cristiana y folklore popular.

Los discípulos el día de Viernes Santo

Fruto de una piedad barroca, con tintes grandilocuentes y dramatizaciones teatrales, en Quintana ha pervivido la historia. Un grupo de niños desplaza a los discípulos del Señor, para hacer más teatral la vivencia de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.

Durante el Jueves y el Viernes Santo, por la mañana, a pedir por las casas. Con lo obsequiado por las gentes se hará la merienda pertinente. Por las tardes, antes de los Oficios, a dar las primeras y las segundas y las terceras, matraqueando sin parar con las carracas, en aviso de convocatoria para los lugareños.

El Jueves Santo, en la misa, allí, en sitio de honor, con sus túnicas doloridas por el morado y la corona hecha de pálidas hojas verdes de yedra, tomadas en el Arroyo de la Renta; hay que representar el lavatorio de los pies, como hizo el Maestro con sus discípulos.

Tanto el Jueves Santo como el Viernes Santo deberán acompañar los pasos e ir cantando lúgubremente las canciones típicas en las procesiones; cada uno, para darlo más dramatismo, portará a la vista de todos (vista oscurecida al caer de la tarde) algunos de los elementos de la pasión: los clavos, la corona de espinas…

Talla de Jesús "el Nazareno"

Talla de Jesús "el Nazareno"

Cristo yacente: "El tumbao"

Sin embargo, al fin clarea la mañana de Pascua. “Vaya afuera ese velo de la tristeza que ya viene tu Hijo con ligereza” se canta enternecidamente a la Virgen de los Olmos, mientras cambia su vestido de duelo por otro refulgente. Al igual que lo hacen los discípulos, adornados de un blanco deslumbrante. Hoy, en esta mañana florida, las canciones han cogido otro tono: es la alegría de la Pascua de Resurrección.

“Vaya afuera ese velo de la tristeza que ya viene tu Hijo con ligereza” se canta enternecidamente a la Virgen de los Olmos

Y allí están los discípulos, para «echar el Verso». Cada cual recordará de forma ágil y sencilla los principales rasgos de su discípulo. Los abuelos, nerviosos, mientras piden en su interior que “arranque” bien el nieto, pues una vez arrancados, la nemotécnica los facilitará su adecuada proclamación.

Y allí están los discípulos, para «echar el Verso»

Antaño, con un fin pedagógico de cara a la instrucción y el recuerdo de los fieles cristianos que revivían su pasión y gloria; hoy, con tintes más culturales en el acervo colectivo de un pueblo de la Ribera del Duero.

En fin, que es la Pascua, y hay que celebrarlo. Todos al vermut, que después esperan en las mesas el cordero pascual y los mejores vinos de la cosecha. (Cuadernos del Salegar)

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